El agua de mar es una de las sustancias más comunes y esenciales para la vida en nuestro planeta, sin embargo, su sabor y composición son muy diferentes a las del agua dulce. La razón principal por la que el agua de mar tiene un sabor salado se debe a la presencia de sales disueltas en ella, principalmente cloruro de sodio, también conocido como sal común. Estas sales provienen de la erosión de las rocas y suelos terrestres, que contienen minerales y sales que son transportados por los ríos y corrientes hacia el mar.
Origen de las sales en el agua de mar
El origen de las sales en el agua de mar se debe a varios procesos naturales que ocurren en la Tierra. Algunos de los procesos más importantes son:
- La erosión de las rocas y suelos terrestres, que libera minerales y sales que son transportados por los ríos y corrientes hacia el mar.
- La actividad volcánica, que libera gases y minerales que se disuelven en el agua de mar.
- La precipitación de sales y minerales que se producen en la atmósfera y se depositan en la superficie del mar.
Composición del agua de mar
El agua de mar es una solución compleja que contiene una variedad de sustancias disueltas, incluyendo sales, gases y minerales. Algunos de los componentes más importantes del agua de mar son:
- Cloruro de sodio (sal común): 27,2 gramos por kilogramo de agua de mar.
- Magnesio: 1,3 gramos por kilogramo de agua de mar.
- Calcio: 0,4 gramos por kilogramo de agua de mar.
- Potasio: 0,4 gramos por kilogramo de agua de mar.
Importancia del agua de mar
El agua de mar es esencial para la vida en nuestro planeta, ya que juega un papel fundamental en el clima, la economía y la biodiversidad. Algunas de las razones por las que el agua de mar es tan importante son:
- Regula el clima y el tiempo, ya que ayuda a distribuir el calor y la humedad alrededor del mundo.
- Proporciona alimento y refugio para una gran variedad de especies marinas.
- Es una fuente importante de recursos naturales, como el petróleo y el gas.
- Es un lugar popular para el turismo y la recreación.


